La innovación abierta colaborativa se ha convertido en la piedra angular de la transformación del sector financiero. En un entorno donde la tecnología avanza a pasos agigantados y las expectativas de los clientes evolucionan, las instituciones deben aprender a acelerar la llegada al mercado de soluciones creativas y sostenibles.
El concepto de innovación abierta nació con Henry Chesbrough en 2003, como una alternativa al paradigma de innovación cerrada. Consiste en compartir conocimiento, tecnología y recursos tanto al interior como al exterior de una organización.
Al adoptar esta metodología, las empresas financieras reconocen que el talento y la experiencia pueden venir de cualquier lugar, ya sea de startups, universidades, centros de investigación o de los propios clientes.
Tradicionalmente, la industria financiera se mostraba conservadora, aferrada a procesos internos rígidos. Sin embargo, la digitalización y la presión de nuevos actores—fintechs y BigTechs—han impulsado un cambio radical.
La adopción de banca abierta (Open Banking) y seguros abiertos (InsurTech) permite a bancos y aseguradoras compartir datos de manera segura mediante APIs, facilitando la creación de servicios innovadores por terceros.
Este modelo ha demostrado mejorar la experiencia totalmente personalizada del cliente, acelerar la innovación y generar ecosistemas de cooperación global que potencian la competitividad.
Antes de lanzar cualquier iniciativa de innovación abierta, es vital evaluar tanto las ventajas como los posibles obstáculos:
La tendencia hacia la transformación digital profunda y la demanda de servicios transparentes y personalizados auguran un futuro brillante para la innovación abierta en finanzas.
Las organizaciones que adoptan una mentalidad de ecosistema de cooperación global se posicionarán como líderes y generarán un impacto duradero en el mercado.
Es el momento de impulsar la creatividad colaborativa, superar resistencia interna al cambio y construir juntos las finanzas del mañana.
Referencias