Ahorrar no es solo guardar dinero, sino plan de ahorro adaptado a cada edad. A lo largo de nuestra vida, las metas y los retos cambian. Conocer las estrategias adecuadas nos permite construir una salud financiera sólida y afrontar imprevistos con seguridad.
El ahorro se define como la parte de la renta reservada para el consumo. Según la teoría del ciclo vital, las personas ahorran poco en juventud, aumentan su tasa de ahorro en la madurez y desahorran al jubilarse.
En España, la riqueza neta (activos menos deudas) crece con la edad hasta cerca de los 65 años. A partir de entonces, se utilizan los fondos acumulados para cubrir gastos y dependencia, cuya edad media de aparición es 73 años.
La educación financiera temprana es clave. Enseñar a niños y adolescentes a valorar el dinero fomenta hábitos de ahorro y responsabilidad. Utilizar asignaciones semanales, alcancías o aplicaciones sencillas ayuda a entender el concepto de sacrificio de consumo actual para disfrutar en el futuro.
Involucrar a menores en decisiones básicas de gasto y ahorro crea una base sólida que perdurará en la edad adulta, reduciendo el riesgo de endeudamiento excesivo.
En esta fase, los ingresos suelen ser bajos y las prioridades: independencia y primeros objetivos a mediano plazo. Se recomienda destinar al menos el 10% del salario a ahorro, aumentando hasta el 20% al acercarse a los 39 años.
Con ingresos más altos y responsabilidades familiares consolidadas, el objetivo es ahorrar entre el 20% y el 30% del ingreso. Aquí entran en juego productos financieros de mayor complejidad, pero también mayor rentabilidad.
Es fundamental contar con diversificación de activos financieros y asegurarse una cobertura adecuada con seguros de vida, salud y vivienda.
Al cesar la actividad laboral, el enfoque cambia a seguridad y liquidez de los recursos. Se recomienda priorizar fondos garantizados, renta fija y cuentas de ahorro que permitan disponer de efectivo con facilidad.
Es esencial planificar el desahorro para cubrir posibles gastos de salud y dependencia, teniendo en cuenta que la esperanza de vida tras la dependencia puede superar los 10 años.
Más allá de la etapa vital, existen técnicas que favorecen el ahorro continuo. Aplicar la regla 50/30/20 y revisar gastos periódicamente permite ajustar el presupuesto sin renunciar a calidad de vida.
El ahorro es una herramienta poderosa que nos acompaña desde la infancia hasta la vejez. Adaptar las estrategias a cada momento vital nos proporciona confianza y previsión financiera para enfrentar imprevistos y cumplir sueños. Hoy es el mejor día para revisar tus metas y dar el paso hacia un futuro más seguro.
Referencias